jueves, 15 de agosto de 2013

Restauran los trajes de Machaquito ,Cañero y Manolete.

Articulo ABC .P.García Baquero.Fotografia V.Merino
 Fue el dos de julio de 1939 cuando un espigado Manuel Rodríguez «Manolete» aparecía en el ruedo de la Real Maestranza, en la Corrida de la Prensa de aquel año. El Califa cordobés lucía un traje malva y oro, con una cintura de avispa imposible para muchos, con tan sólo 60 centímetros de diámetro. Ese mismo traje de luces -confeccionado por el sastre madrileño Juan Giménez- ha sido restaurado minuciosamente casi 75 años después junto a otro vestido de torear de Machaquito -del sastre Martín Retana-, y dos chaquetas de corto de Cañero -de la casa Sortu- dentro del programa de conservación y restauración de los bienes del Museo Taurino.
El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba, Juan Miguel Moreno Calderón, mostró ayer los trajes recién salidos del taller de restauración para anunciar que serán expuestos el próximo invierno en la reapertura del museo, cerrado por obras de renovación desde 2005.
Moreno Calderón aseguró durante la presentación en el Salón de los Mosaicos del Alcázar que «la restauración de trajes de torerar es una parte importante de la labor del Museo, que no solo están para su conservación sino para cuidar y recuperar sus fondos». Se trata, explicó Moreno Calderón, de «un trabajo minucioso porque la restauración de elementos textiles es sumamente compleja porque cada uno de los tres trajes que teníamos allí ha llevado entre 300 y 400 horas de trabajo». Las labores de recuperación de estas piezas de museo han corrido a cargo de María del Carmen Pérez Serrano de la Lastra -encargada de remozar el traje corto de Cañero- y de María Gema Pérez Morales -que ha restaurado dos trajes de luces: el de Manolete (malva y oro) y el verde y oro de Machaquito-.
Enrique Ortega, conservador de los Museos Municipales, reconoció que la restauración de objetos textiles «es siempre muy laboriosa porque los objetos textiles son materiales orgánicos que se degradan fácilmente solamente con la luz, con la humedad y con el paso del tiempo». En este caso, el traje de Machaquito tiene entre 110 y 115 años . Llegó al Museo en depósito por los herederos de este Califa del toreo. Estos trajes, que permanecían desde los años 50 en unos maniquíes anatómicos, han tenido que ser desmontados. Se han sometido a un lavado de las telas, a un reforzamiento de las estructuras internas y, a continuación, a una reposición de hilos que faltaban, de elementos metálicos y, por último, la adecuación y la recomposición de cosidos. En ocasiones, comentó Ortega, «hay que desmontar la pieza, quitar los forros de los bordados y luego hay que recomponerla y colocarla sobre un soporte acolchado para que no se deforme».
Los trajes de torear fueron expuestos en «cajas de almacén, en lo que se trata de un momento excepcional, que no suele verse normalmente», aseguró el responsable de restauración de los museos del Consistorio. Se trata de cajas desalificadas, con protecciones especiales. Cuando se decida qué lugar del museo van a ocupar, se encargará un maniquí «ad hoc» acorde a las medidas que tiene cada traje.
Las tallas de cada traje son muy importantes. «Machaquito era un hombre bajito y anchote mientras que Manolete era muy alto y delgado. Cada maniquí tendrá que adaptarse a esas figuras».
Esta es una primera fase de restauración de trajes de luces, que ha tenido un coste de 7.200 euros, pero ya se ha iniciado una segunda fase con piezas que lucieron Lagartijo, Guerrita y El Cordobés

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