El potencial de los caldos de la denominación Montilla-Moriles, la seguridad de que aún es posible seguir mejorando y la importancia de que se forme al consumidor en la idiosincrasia de los vinos del distintivo de calidad fueron ideas que ayer trasladó el enólogo cordobés Miguel Cruz en la sexta conferencia sobre el futuro de los vinos con denominación de origen. El ingeniero agrónomo, que acumula una dilatada trayectoria profesional, participó en este ciclo organizado por el consejo regulador y la Fundación Bodegas Campos. Fue presentado por el presidente de la cooperativa de La Aurora, Juan Rafael Portero. "El mejor vino de la denominación de origen está aún por llegar", remarcó. "Hay más conocimientos que nunca y hay mejores medios. Se están haciendo magníficos caldos, pero se pueden mejorar", dijo. No obstante, advirtió de la moda de "rectificar" algunas pautas. "Estoy preocupado por el desarrollo excesivo de la turbidez de los vinos. Se está sobrevalorando un vino no filtrado. Eso es un atraso porque viene alguien de fuera y se encuentra con ese vino que le genera desconfianza al verlo", puntualizó Miguel Cruz.
El enólogo cordobés se mostró optimista con el futuro de los vinos de Montilla-Moriles, aunque demandó una mayor formación para llegar al consumidor. "Nuestros caldos presentan gran complejidad y son difíciles de conocer. Hay que indicar cómo consumirlos para ir avanzando en el conocimiento y el hábito", remarcó. "El problema del mercado es la heterogeneidad de la oferta. Tenemos la suerte de que pese a, que somos pequeños, podemos aprovechar esto. Se envían vinos al exterior y nuestros vinos generosos tienen futuro, pero en un mercado que sabe lo que consume y tiene formación. Por eso tenemos que mejorar los conocimientos del consumidor", añadió. Insistió en que el futuro de los vinos vendrá unido al "esfuerzo, a la máxima calidad y a saber comunicar la peculiaridad de los caldos".
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