Casado cuenta con la confianza de la empresa Campo Bravo y quiere abrirse mercado por toda España. Asegura que "intenté ser picador, debutando hace treinta años en Dos Torres, a las órdenes del matador de toros Alberto Luna, pero me di cuenta que estoy más a gusto al lado del caballo".
Este empresario cordobés asegura que en España están los mejores picadores y que ha conocido a muchos de ellos "y sé lo que han luchado para llegar a ese puesto de privilegio, por eso creo que la Escuela de Picadores de Córdoba estará destinada a los chavales que se sientan atraídos por esta profesión". Añade que de esta manera los caballos tendrán más utilidad "con actividades como equinoterapia para los niños con problemas".
Respecto a la posible desaparición de la suerte de varas asegura que "es imposible que ocurra, porque es imprescindible para medir al toro, además se perdería una parte importante de la fiesta. Otra cosa es que al toro haya que darle los tres puyazos reglamentarios", asegura. Concluye que un buen caballo para picar debe ser español, bretón, noble, tranquilo, con buena morfología, fuerte de constitución, sin mucho peso y con buena doma.
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