Articulo Diario Córdoba
El director gerente de la denominación de origen Montilla-Moriles, Enrique Garrido, defendió ayer el proceso de control de calidad que llevan a cabo los consejos reguladores, pero también la promoción de la marca que hacen y la investigación y formación de los mercados que impulsan. Garrido, que intervino en el ciclo de conferencias Montilla-Moriles, en clave de futuro , remarcó la importancia del control de calidad, de "puerta adentro" que hace la denominación de origen con los operadores inscritos y que "es la base sobre la que descansan los restantes" objetivos. Este proceso se basa en la certificación del producto de acuerdo al reglamento del distintivo de calidad, y que es obligatoria para todos los operadores que comercializan producto terminado. "Todos aquellos operadores que superen la certificación del órgano de control pueden tener derecho al uso de la marca, que es de titularidad pública y que únicamente autoriza el consejo regulador a los operadores certificados", explicó Garrido.
A esta función hay que unir también la actividad de inspección y el control que hacen los consejos, "como vigilancia y garantía para el consumidor y la sociedad".
El director gerente de Montilla-Moriles analizó la relación que existe entre el producto y el origen y su posicionamiento en el mercado o las transacciones comerciales. "Ha sido la evolución normativa la que ha traído hasta hoy el reconocimiento de las figuras de calidad", señaló.
Por último, Enrique Garrido destacó el proceso de unificación de criterios en la certificación que han adoptado las denominaciones Montilla-Moriles, Vinagre de Montilla-Moriles, Condado de Huelva, Vinagre del Condado de Huelva y Vino naranja del Condado de Huelva y Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga. Para ello han creado una fundación para el control de la calidad para que certifique a partir de este año. Garrido animó a otras zonas a participar en la fundación.
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