Con las fotos de Ladis, Isidro Rodríguez nos
lo contaba así:
Se cerró la Feria de Ntra. Sra. de la Salud con una corrida de rejones que se desarrolló muy lenta. Al término del paseíllo, las cuadrillas guardaron un minuto de silencio en memoria de Antonio Cañero, el célebre rejoneador cordobés, al cumplirse este año el cincuenta aniversario de su muerte. Como recuerdo de esta efeméride, los tres jinetes recibieron sendas placas conmemorativas por parte de la Asociación Campera Antonio Cañero, la Federación Provincial Taurina y la Tertulia Taurina "El Castoreño", siguiendo una propuesta que, desde las páginas de Diario CORDOBA, hiciera el crítico taurino José Luis de Córdoba.
Andy Cartagena que a pesar de su juventud está muy ducho, sacó a relucir toda su gama de habilidades ante un primer toro que tenía recorrido. Su labor con banderillas fue espectacular, lo mismo a dos manos como al violín. Además toreó al toro de costado y le realizó piruetas y quiebros muy espectaculares. El público estuvo con él. Su segundo toro, más flojo y descastado no colaboró con el jinete lo que era menester, sin embargo Andy sacó agua de donde no había y calentó un tendido que se le volvió a entregar cuando clavó tres rosas en un terreno muy comprometido.
Álvaro Montes esperó la salida de su primero con la garrocha, pero el toro distraído deslució la suerte. Como el toro no quería caballo, el joven rejoneador se tuvo que emplear a fondo, primero para sacarlo de tablas y después para que se moviera en medio del anillo. Al quedarse estático el animal, el jinete falló reiteradamente en banderillas y rejones y por eso el palco no se hizo eco de la petición mayoritaria de oreja.Sin embargo su segundo enemigo fue más colaborador y tenía más recorrido. A este animal lo citó de largo con el caballo y fue muy lucida su actuación tanto en rejones como en banderillas. Lo toreó muy templadamente de costado y ejecutó magistralmente la suerte del violín, lo que acabó de volver loco al tendido que pidió dos orejas y la presidencia solo otorgó una.
Cerraba el cartel, y la feria, otro joven rejoneador que lucha por abrirse camino, Diego Ventura. Se mostró más inexperto y los caballos recibieron, en numerosas ocasiones, el achuchón del toro. Quizás el ansia de triunfar en una plaza de primera le precipitara y por eso perdía el sitio a la hora de clavar. Muchas pasadas en falso y mucho exhibicionismo como jinete arengando al público. En su primero, el público no se pronunció, y en el segundo, le dieron unas palmas de despedida por su buena voluntad.
Y hasta la feria que viene.
D. Antonio Cañero siempre presente.
Muy bien recibido por los aficionados ha sido nombrar uno de los
burladeros de la Plaza de Toros de Córdoba con el del Califa del
Rejoneo junto a los Califas del toreo a pie Lagartijo, Guerrita,
Machaquito, Manolete y el Cordobes.
En la fotografía Domingo Echevarria, Secretario de la Asociación
Campera y del Rejoneo Antonio Cañero y Juanma Fernández
miembro de la Junta Directiva que preside Enrique San Miguel.
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