Una vez más, la
figura de D. Antonio Cañero es manipulada en nuestra ciudad ante la opinión
pública. Y se hace en la presentación de un proyecto de ley, que consideramos
debería ser, cuidadoso, riguroso y veraz en sus fines y contenidos. Sobre todo hoy, que tras el fallecimiento de
D. Adolfo Suarez, todo el mundo
reivindica el espíritu de la transición
añorado por todos. Plantear, hoy, el estéril debate sobre los malditos
recuerdos, solo nos lleva a enfrentar muertos contra muertos, agravios contra
agravios.
La supuesta leyenda
negra que, en nuestra ciudad, pesa sobre la figura de D. Antonio Cañero, lleva
en sus orígenes el sello de la falsedad y de lo imposible. Es consecuencia del
uso partidista, que de su figura, se hizo en las campañas propagandísticas
durante la guerra. A D. Antonio Cañero le acusan de ser el causante, al frente
del “Escuadrón Cañero”, de innumerables muertes durante la contienda de la
guerra civil Española. Tantas como para considerarlo un genocida y por ello, se
propone quitarle al barrio, que se formó
con los terrenos donados por D.
Antonio Cañero a la Asociación de la
Sagrada Familia, su nombre.
Unir la memoria del
“Barrio Cañero”, con leyendas interesadas
es una osadía. El imaginario que en nuestra ciudad, prevalece sobre el origen
del barrio es que fue fruto del
compromiso social de un gran Obispo de la Iglesia Católica, Fray Albino, de la
generosidad de un rejoneador, D. Antonio Cañero, del esfuerzo de un numerosos
grupo de empresarios y de la entrega de
un numeroso grupo de trabajadores de nuestra ciudad. ¡¡¡¡Esa es una verdad como
un templo!!!!
La leyenda negra
que se quiere imponer sobre la figura de D. Antonio Cañero, ¡¡¡¡es falsa!!!!
La “Hoja de
servicios de su vida militar” existente en el archivo general militar de Segovia,
indica que su pertenencia, al frente de la columna volante que se le ordenó
formar, fue efímera. ¡¡¡Solo tres días!!!
El 24 de Julio se
le ordenó formarla y el 28 de Julio cesa en su mando. Solo tres servicios
realizó con ella. Parece ser que D. Antonio Cañero no tenía grandes condiciones
de estratega y mando. Pero eso sí, su figura era valiosa con fines
propagandísticos.
“La columna volante
de caballería con equipo y material procedente de la Guardia Civil y requisa,
con personal voluntario, tenía entre sus misiones la limpieza de la sierra y
levantar la moral de la población civil desfilando la columna por la población
al regreso de los servicios”. ¡¡¡Propaganda!!!
D. Antonio Cañero
solo estuvo en la zona de operaciones de Córdoba, tres meses. En Octubre del
36, es agregado a la 5ª columna de Madrid, cumpliendo misiones de enlace entre
el cuartel general y el jefe de dicha columna. Después la estuvo en la zona
norte; Zaragoza, Brigada Navarra, Comillas, Llanes, Navarra, Huesca….A Córdoba
no vuelve hasta terminada la guerra.
En su hoja de
servicios, no se mencionan, ni recogen gestas que reflejen un protagonismo
especial de D. Antonio Cañero, durante la contienda. Ni se le conceden honores,
ni medallas, que premien los
espectaculares actos atribuidos.
Sus supuestas
hazañas al frente del denominado “Escuadrón Cañero” ¡¡¡falsas e imposibles!!!
Desde su
constitución, en la Asociación Campera y del Rejoneo Antonio Cañero, solo nos
hemos dedicado a cumplir los fines para los que se creó: “-Conmemorar la figura
artística de D. Antonio Cañero, -promocionar y difundir el arte ecuestre del
rejoneo, fomentar las técnicas anexas al mundo del toro y del caballo”. Pero
hoy nos vemos obligados a salir al paso de lo que consideramos incierto,
injusto y no suficientemente documentado.
La utilización de
figuras del toreo con fines propagandísticos durante la guerra, fue un hecho
generalizado. A Manolete, hoy nadie lo cree, le colgaron el “sanbenito” de
que descabellaba presos en las cárceles. A D. Antonio Cañero lo mantiene al frente del
“Escuadrón” adjudicándole muertes y crueles hazañas, hasta hoy. La leyenda
falsa e injusta, quizás comenzara, en aquellas entradas triunfales que la
columna volante, que se le ordenó formar, haría, magnificando supuestas hazañas
realizadas durante los servicios prestados, para levantar la moral de la
población. Hazañas, que caso de ser ciertas, D. Antonio Cañero no participo,
pues como hemos dicho, solo formo parte de ese escuadrón, tres días.
D. Antonio Cañero
fue profesor de equitación en el Cuerpo
de Equitación Militar, excelente caballista en pruebas de salto de obstáculos,
fue un revolucionario del mundo del toreo, configurando una nueva manera de
lidiar los toros a caballo, “El Rejoneo”. Tuvo un destacado papel, como
artista, en el mundo del cine. Dos películas, “Sol y Sombra” y “Tierra de
Toros”, realizo junto a Musidora, la décima musa, uno de los grandes mitos del
cine francés. Otra en México, “El Cortijero”. Y finalmente en España, el
documental, “La corrida de la Victoria”.
Fue fundador y
primer Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen del Rocío de Córdoba y D.
Antonio Cañero acudió solícito a la llamada del Obispo Fray Alvino, cediendo
terrenos a la Asociación de la Sagrada
Familia. En los que se formó un barrio que lleva su nombre “Cañero”.
Tras su muerte, su
viuda entregó a Córdoba, al Museo
Taurino, sus pertrechos y recuerdos.
Córdoba tiene todo
lo de D. Antonio Cañero; su arte, sus bienes, sus recuerdos y su gloria. Esa es
la imagen que engrandece a Córdoba y la que desde su Asociación, proclamamos,
defendemos y es la que queremos y debemos transmitir a las generaciones
futuras.
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