Jornada histórica para la Fiesta con el apoyo del PP y la abstención socialista.
Nueve meses después de una lidia de mansos y bravos, a las diez de la noche la Tauromaquia se ha declarado, este miércoles 6 de Noviembre en el Senado, Patrimonio Cultural gracias a la mayoría del Partido Popular y el apoyo de UPN, que se desmarcó del Grupo Mixto. El PSOE se retrató con la abstención; los demás grupos de izquierdas y los nacionalistas rechazaron la ley. Así quedó la votación: 144 a favor, 54 abstenciones y 26 en contra.
El texto aprobado insta al Gobierno a aprobar un Plan Nacional de fomento y protección de la Tauromaquia, además de impulsar en un plazo de tres meses los trámites necesarios para solicitar la inclusión de los toros en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. También se pide al Ejecutivo que impulse las actuaciones que fomenten el principio de unidad de mercado, una de las esperanzas de los empresarios para reclamar las corridas en Cataluña. Precisamente esta ILP, avalada por más de 600.000 firmas, fue impulsada por la Federación Taurina catalana con el sueño de devolver los toros a su tierra. Pero ese hecho no se producirá, pues la ley que entra en vigor no tiene carácter retroactivo ni el Estado las competencias, en manos de cada comunidad. El regreso de los clarines está en manos del Tribunal Constitucional. La otra luz: «Aquella prohibición fue un expolio cultural, y según la Constitución corresponde al Estado la preservación cultural», señaló el PP.
Varios han sido los cambios experimentados en esta larga faena. Si en un principio la Fiesta llegó al Congreso con el objetivo de ser Bien de Interés Cultural, el Derecho advirtió de que a un bien inmaterial como la Fiesta la valoración que le corresponde es la de Patrimonio. Todo un hito en la Historia, pues es la primera ILP en materia de Cultura que adquiere el rango de ley.
En el último y encendido debate, el valor lo puso el PP. Sebastián Ruiz no sólo ensalzó la Fiesta como «el arte popular por excelencia», sino que fue más allá: «Esta industria cultural, que aportó 41,5 millones en IVA, es necesaria para la economía. ¿O quieren anular lo que genera empleo?», cuestionó a los detractores. Por parte de los populares intervino Julián Lanzarote, que desató los aplausos así: «Si quieren podemos cambiar lo de que un toro vive a cuerpo de rey para decir que vive a cuerpo de sindicalista andaluz de la UGT».
Esquerra protagonizó la gran mentira diciendo que el toreo recibe subvenciones de 600 millones ante la indignación de profesionales como Carlos Núñez, Simón Casas y Uceda Leal. Así remató: «Las corridas no volverán a Cataluña. Ya pueden mandar a la legión entera».
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