lunes, 27 de mayo de 2013

La Virgen de la Salud por Antonio Pineda


 







La historia de las romerías siempre ha tenido como denominador común una carroza, normalmente tirada por bueyes, en donde iba el objeto de veneración, y un acompañamiento de caballos. Véase sino a la diosa Semíramis, en Babilonia, portada por una magnífica carreta a la que iban enganchadas excelentes mulas. Y la historia de las apariciones marianas ha estado casi siempre acompañada de caballos, mulas y asnos, que se negaban a caminar o morían en el lugar donde debería quedar para siempre la imagen de la Virgen que transportaban. Casos de la Virgen de la Salud de Posadas o de Priego de Córdoba, o la Virgen de Araceli de Lucena; casos cercanos a Castro del Río, aunque en el caso castreño los équidos no tuvieran nada que ver con la aparición de la Patrona, la Virgen de la Salud; caso idéntico al de la aparición de la Virgen con la misma advocación de Córdoba, con cierto paralelismo al de Castro. Pero en cualquiera de los casos, el caballo ha estado unido a la Virgen de la Salud de una manera u otra.  La devoción de la Salud suele conferirle el título de Patrona, que deriva de devolver a la población un equilibrado estado de bienestar con ausencia de enfermedad tras un grave insulto infeccioso, generalmente en forma de epidemia con alta mortandad. Ello conlleva que las ferias que antaño se celebraban en estos lugares, concedidas por reales privilegios, fueran sometidas a su patronazgo, por lo que el ganado en general, y el caballo en particular, estuvieron unidos al nombre de la Salud. A ello hay que sumar la procesión que solía hacerse por estos días festivos, en los que la Patrona era acompañada, entre otros, por los mejores caballos, atalajados con todo el lujo con el que podías sus jinetes para acompañar a la Virgen. También, súmes e la costumbre que procedía de las romerías, en primer lugar, paganas y, después, religiosas, de estar al lado de la imagen venerada montados a caballo. Por lo que caballo y Patrona siempre han estados unidos.

            En Castro del Río, la actual imagen llegó de Córdoba, siendo escoltada por jinetes desde la Fábrica de la Luz, a la entrada de la población, en la que la bendita imagen de la Virgen de la Salud pernoctó, hasta su ermita. Posteriormente, con la creación de la romería, en la que cada año acuden más amazonas y jinetes vestidos correctamente y con caballos perfectamente atalajados, el caballo ha ocupado un lugar preeminente, dándole realce al cortejo que acompaña al estandarte de la Santísima Virgen.

            Y en Córdoba, jinetes y cocheros se han convertidos en paladines de la Virgen de la Salud, en cuyo honor se celebra la popularmente conocida Feria de Mayo, desde que en la segunda mitad del siglo XVII dos labradores encontraran la imagen de la Virgen en un pozo en el lugar donde hoy se encuentra la ermita de su nombre, de la Salud, y  lugar en donde se celebró la feria. Estos jinetes, cocheros y devotos de la Santísima Madre de Dios, pertenecientes a trece de las más importantes asociaciones culturales y sociales de Córdoba, como son la Protohermandad de la Virgen de la Salud, Club Hípico, Córdoba Ecuestre, Asociación de Casetas Tradicionales, Club de Enganches, Club de Carruajes de Tradición, Asociación Campera y del Rejoneo Antonio Cañero, Círculo Taurino, Asociación de Criadores de Caballos Españoles de Córdoba, Federación Taurina, Amigos de las Ermitas, Asociación Andaluza de Doma de Campo y Amigos de los Patios, se han unido para preservar los orígenes de la Feria de Córdoba, la Feria de la Salud, defendiendo esta denominación y para celebrar el primer sábado de feria una acto religioso en la ermita de la Salud, y, tras él, acompañar al estandarte de la Protohermandad de la Virgen de la Salud por las calles de Córdoba hasta llegar a la actual ubicación de El Arenal, donde serán recibido por la Corporación Municipal. El estandarte estará acompañado durante todo el recorrido por amazonas, jinetes y coches de caballo enganchados de manera tradicional, todos perfectamente vestidos, y atalajados los caballos, para darle su sitio a María de la Salud Santísima y al caballo, un animal que ha acompañado a la Virgen en multitud de apariciones y la ha escoltado para realzar más su presencia.

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